lunes, 4 de febrero de 2013

Tordo Renegrido (Molothrus Bonariensis)

 



 
Sinvergüenzas, intrépidos, son dos palabras que califican la actitud de los tordos ante la vida. Se distinguen por que forman grupos más o menos numerosos quienes arrasan con la tierra recién sembrada y comen las semillas con mucha voracidad. Son temerarios, no se asustan fácilmente y son muy persistentes. Sólo basta con observar que, luego de sembrar, la bandada de tordos baja a la siembra y se adueña del lugar y, por más que se los trate de espantar, ellos vuelven y no paran hasta saciar su vorágine.
Las diferencias morfológicas entre los sexos son muy  notorias. Los machos presentan un plumaje negro intenso y muy brillante que por momentos se vuelve tornasolado. Las hembras son de un color castaño opaco, oscureciéndose sobre las puntas de las alas. El pecho de las hembras y su vientre son de una tonalidad más clara. El porte de los tordos es muy noble. Sacan su pequeño pecho y adoptan una posición recta muy firme y segura. Su pico es pequeño, cónico y ancho, ideal para romper semillas. Ambos poseen un vuelo veloz y certero, y para trasladarse por el suelo, lo hacen con pequeños saltitos, aunque muy enérgicos y seguros. Con estos saltitos, ellos van moviendo la tierra y así salen a la luz fácilmente las semillas. Hay que recordar que los tordos siempre forman un grupo, una bandada. Es infrecuente verlos en solitario. El canto de los tordos es una proliferación de pequeños sonidos muy raros y guturales, que en conjunto se torna llamativo e incluso agradable.
La característica más notable de estas aves es que no nidifican, ni empollan sus huevos, ni crían a sus pichones, sino que ‘parasitan’ otros nidos. Cuando la hembra está lista para poner sus huevos, busca un nido de otra ave que se vea seguro y confortable (como el nido de los horneros, o el de los benteveos, o el de las tijeretas), y en un descuido de los dueños del nido, coloca allí sus huevos, que muchas veces las otras aves los crían como propios; aunque otras veces los reconocen como ajenos y entonces los expulsan fuera del nido.

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