domingo, 27 de enero de 2013

Hornero (Furnarius Rufus)

 


Hablar del hornero es hablar de uno pero que son dos; es hablar de un dúo. Ésta cándida pareja se constituye en la ayuda mutua; una relación que durará  para toda la vida. Pues, una vez que se encuentran, permanecen juntos para siempre.
Así, la pareja alegre y vivaz de horneros pasa su vida en pequeños hogares con forma de horno, que poseen una abertura frontal y una cavidad que sirve de protección contra depredadores y contingencias climáticas, y donde pueden poner y cuidar sus huevos, alimentar a sus “horneritos” sin mayores riesgos. Los materiales que utilizan para la construcción de esta segura y acogedora vivienda son palitos secos y barro que el hornero va apilando y compactando de forma cuidadosa. Esta ardua labor la realizan año tras año, al comienzo de cada otoño. Los lugares ideales para la construcción de su hogar son los lugares altos, que sirven como protección de la amenaza de animales terrestres. Si el lugar donde habitaban era de su agrado y el ambiente poco hostil, por lo general construyen su siguiente nido muy cerca del primero, a veces tan cerca que lo sitúan arriba.
Esta pareja forma un dúo cantor muy melodioso, distinguiéndose el canto del macho por sobre el de la hembra. Sin embargo, la singularidad de su canto se reconoce cuando ambos “pían” a la par. Generalmente empieza uno de los dos en solitario, alertando al otro, que pronto se une para cantar a coro. El canto es enérgico y fácil de reconocer. Creemos que el canto en solitario de uno de ellos  es un llamado para que acuda el otro. Manifiesta mucha felicidad y alegría el canto producto de la reunión.
El vuelo del hornero es enérgico. No son aves planeadoras ni amantes del vuelo; pues no se desplazan grandes distancias, sino que siempre a lugares cerca de su hogar y sólo vuelan para buscar alimento. Suelen caminar mucho por los prados en busca de gusanos o lombrices, los alimentos preferidos de su dieta. También consumen semillas como parte de su nutrición. Su caminar posee un ritmo muy particular: dos pasitos lentos, como sigilosos, y luego unos tres pasitos muy rápidos.
La hembra suele poner de 3 a 4 huevos durante la primavera. Una vez que las crías rompen el cascarón son cuidadas por sus progenitores por muy poco tiempo (cerca de un mes aproximadamente) en la que los recién nacidos reciben los mejores cuidados y educación. Los padres horneros, a veces se encuentran en la situación de cuidar como hijos propios, los pichones de otras aves, como los de los Tordos Renegrido que suelen colocar sus huevos en los nidos de otras aves.
En el hornero, al igual que muchas de las especies de aves, hay diferencias fisiológicas entre ambos sexos. Las hembras evidencian un marrón más claro en su plumaje dorsal y canela en el pecho. Los machos, por su parte, tiene un color en el dorso marrón rojizo y su pecho es blanco. Sus alas son de un color rojizo. Su pico termina en punta y son delgados para poder clavarlo en la tierra y obtener su alimento. Su tamaño ronda entre los 15 cm y los 20 cm.   

miércoles, 23 de enero de 2013

¡Bienvenidos al mundo de las aves! En este pequeño espacio pretendemos dar a conocer la inmensa variedad de aves que se encuentran en la provincia de Mendoza, a partir de nuestras percepciones y observaciones personales. Aclaramos que no somos ornitólogos profesionales (ni queremos serlo), sino que a través de nuestro contacto con la naturaleza, hemos aprendido sobre los comportamientos de las aves; y compartiremos aquí reflexiones sobre nuestras observaciones.

Asimismo, esperamos que este espacio sirva para concientizar sobre la comercialización ilegal de aves y el maltrato que sufren las mismas durante el cautiverio. ¡Luchemos contra estas actividades que tanto daño causan a la fauna de la provincia!

Esperamos que disfruten de este mundo, que tantas bellezas nos ofrece.